The end. Fin de las vacaciones; vuelta a la rutina estresante de los trenes, los calendarios y las lecturas obligatorias. Quizás mañana, cuando suene el despertador, me consuele pensar que éste ha sido uno de los mejores veranos de mi vida. ¿Lo más interesante que he hecho? Sin duda, vivir (la euforia, el llanto, la ilusión, la alegría, el desencanto, la desesperación, la risa, la incredulidad, los escalofríos, la pena, la espera...). La vida condensada en un verano. Una lata de vida en conserva para abrir a finales de junio como un apetecible aperitivo después de largos meses de letargo. ¿Un deseo? Llenar la despensa de esas latas de vida en conserva... poseer como la hormiga... disfrutar como la cigarra.
domingo, 2 de septiembre de 2007
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