Mirada en fuga hace referencia a ese momento exacto en el que clavas la vista en cualquier objeto insignificante (las llaves que yacen encima de la mesa, una hoja movida por el viento, una mancha en la pared, el color de la camisa de alguien que ni conoces...) y, sin querer, te abstraes hacia ti mismo, hacia tus pensamientos más íntimos y puros, aquellos que son inefables. Entonces, dejas de estar para ser. Hace referencia a ese punto espacio-temporal en el que la persona que te acompaña reclama tu atención y te pregunta: "¿en qué estabas pensando?" y a ti sólo se te ocurre responder: "en nada" (genial respuesta), y tú no sabes que el pronombre "nada" equivale aquí a "todo", porque ésa es tu esencia misma, la esencia del ser humano, sí, esos pensamientos que no te atreves a murmurar, a balbucear, mientras mantienes la mirada en fuga...
Estas líneas y las que están por venir no son más que eso, un sollozo, un balbuceo casi imperceptible de lo inefable, de lo que no puede ser expresado con palabras y que me sobreviene cuando... sí, ya sabes cuándo, justo cuando tengo la mirada en fuga.
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