domingo, 9 de marzo de 2008

UN SUEÑO SOÑABA ANOCHE...

"Un sueño soñaba anoche,
soñito del alma mía,
soñaba con mis amores,
que en mis brazos los tenía."
Romance tradicional

Ayer te soñé, mi niña y, a pesar de no poder recordar tus facciones ni tu pelo, recuerdo que tu existencia sola lo anegó todo; el aire se volvió luz, de una luminosidad caliente, húmeda y nutriente como debe de ser la leche materna, y su calor nos acunó a las dos hasta dormirnos cerquita. Y no necesitaba nada más si estabas tú. Tú, idea misma del Amor que todo lo puede y todo lo alcanza eternizándose en el tiempo, hecha carne. Y yo hubiera gastado mi vida entera en protegerte y en abrigarte y tú me hubieses recompensado, sin querer, con el inabarcable infinito contenido en una sonrisa. Eras tan grande, mi niña, para ser tan pequeña. Y no me hacía falta nada más; tú sola bastas.


Mi felicidad se extendió más allá del sueño, en la vigilia. Y la rebelación llegó en el momento apropiado: si el Amor y la Felicidad pueden sentirse en sueños y de una manera tan sublime y a la vez tan real es porque existen. Y seguramente estén esperando en algún recodo del camino...

1 comentario:

Carol dijo...

Precioso. Interesante la idea de que lo que se puede sentir en un sueño sean sensaciones que existen.
Tú, esa felicidad absoluta, llena de calma y color celeste, ya la tienes dentro.